Todos tenemos días difíciles en los que parece imposible que algo pueda mejorar nuestro estado de ánimo.
Días en los que te despiertas irritable, susceptible, desganado o incluso todo a la vez. Es inevitable, no siempre se puede estar de buen humor. El estrés en el trabajo, las múltiples obligaciones diarias o tener poco tiempo libre del que disfrutar a menudo pasan factura a nuestro bienestar emocional.
Antes de que el desánimo se apodere de ti y entres en una espiral de desaliento, puedes probar uno de los siguientes consejos y recuperar el control de tu día:
- Di “buenos días” y “gracias”. A todo el mundo. A tu vecino, al conductor del autobús, a tus compañeros de trabajo. Saludar y mostrarse agradecido no supone ningún esfuerzo y, en cambio, provoca un cambio de mentalidad instantáneo hacia sensaciones positivas como el entusiasmo, el optimismo y la felicidad.
- Lee algo que te inspire. Deja las noticias para otro momento. En vez de leer el periódico, escoge un libro que despierte tu ingenio, que te sugiera nuevas ideas o que restaure tu fe en la humanidad. Y, si no te apetece leer, internet está repleto de charlas motivacionales e historias conmovedoras que provocan el mismo efecto.
- Toma el sol. El Sol nos hace más felices. ¡Literalmente! La luz del Sol interrumpe la producción de melatonina y promueve la acumulación de serotonina, la hormona de la felicidad. ¡Todo un remedio natural para el decaimiento!
- Halaga a alguien. Elogiar a otra persona es una de las maneras más rápidas de mejorar el día de otros y de ponerte a ti mismo de buen humor. Por simple que sea, un halago crea un círculo vicioso de positivismo entre quien lo da y quien lo recibe. Eso sí: solo funciona si el cumplido es sincero y auténtico.
- ¡Muévete! Ponte tus zapatos más cómodos y sal a pasear mientras escuchas música que te anime o tu emisora de radio favorita. Que el ejercicio te hace más feliz no es un mito. Es algo real y tiene que ver con las endorfinas, un neurotransmisor clave para la mejora del estado de ánimo y la sensación de bienestar.
- Echa una mano. Ayudar a otra persona también te ayuda a ti. Si quieres mejorar tu humor de manera instantánea, esta es la manera. Ayuda a alguien a pintar su cuarto, cede tu asiento a quien lo necesite o regala esa ropa que ya no usas a quien pueda darle servicio.
- Socializa: ¡Llama a un amigo y quedad para tomar un café! Ver a otras personas e intercambiar ideas puede ayudarte a coger perspectiva sobre tus problemas y dejar de verlos tan dramáticos como parecían. Además, el simple hecho de estar con otros te distraerá y le dará un descanso a tu mente. Antes de que te des cuenta, ni te acordarás de qué era lo que te estaba provocando el malhumor.
- Date un capricho. No olvides cuidar de ti. Regálate un ramo de flores, invítate a un café caro o date ese masaje que hace tanto tiempo que necesitas.
¡Te lo mereces!